martes, 13 de abril de 2010

Entra y verás...

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lunes, 12 de abril de 2010

¿Qué supone ser romántico?



  • Ser único
  • Ser rebelde
  • Buscar la libertad
  • Comprometerse con su época
  • Huir de la realidad
  • Romper con lo establecido
  • ...

domingo, 11 de abril de 2010

¿Por dónde comenzar?

¿Qué es realmente el Romanticismo?

Es un movimiento ideológico, cultural y artístico que se desarrolló en Europa desde el último tercio del siglo XVIII hasta mediado el siglo XIX.

Hablamos de Romanticismo en literatura, pintura o música, pero también en política y economía.

Nace en Alemania, pero pronto se extiende a otros países, como Reino Unido, Francia o España.

Más allá de todo esto, se trata de una forma de vida, una manera distinta de ver el mundo.



Características generales

  • Idealismo: El romántico construye el mundo según sus sueños e ilusiones, pero esto lleva al...
  • Desengaño: El mundo, la sociedad o la mujer que soñaba y que tanto deseaba no existen. Como consecuencia...
  • Hay una huida, real o imaginaria:

    • En el espacio: viajando a lugares lejanos y exóticos.
    • En el tiempo: recordando épocas pasadas, sobre todo la Edad Media.
    • Pero a veces la desesperación es tal que sólo ven una salida... EL SUICIDIO

  • Subjetivismo: El YO es el centro y el mundo se verá desde un punto de vista personal, lo que conlleva...
  • Individualismo: El hombre está solo frente al mundo, la naturaleza y la sociedad.
  • Anhelo de libertad: El hombre lucha por romper todas las ataduras sociales, morales y artísticas.
  • Expresión exagerada de los sentimientos y de lo íntimo: Predomina el amor sobre todo, pero también los tonos depresivos, de ahí que se hable de “el mal del siglo.”
  • El paisaje refleja estos sentimientos: Por esto se ve una naturaleza en toda su furia: acantilados, mares embravecidos, tormentas...

viernes, 9 de abril de 2010

La Literatura del Romanticismo. Los géneros literarios.

Prosa

Se desarrollan los siguientes subgéneros:

• NOVELA HISTÓRICA: Relatos ambientados en épocas pasadas, especialmente en la Edad Media.

• RELATO FANTÁSTICO: Historias fantásticas, sobrenaturales, frecuentemente con tema de ultratumba.

• CUADRO DE COSTUMBRES: Descripciones de los lugares, tipos y costumbres de un país o región.

Teatro

En la escena española del siglo XIX también se produce una enorme revolución, tanto en los elementos dramáticos como en los temas tratados. Veamos algunos de estos cambios:

• Se rompe la regla de la tres unidades: ahora las obras no transcurren en el mismo lugar, ni duran un día y se insertan otras tramas.
• No hay una división tan estricta. Las obras pasan de 3 a 5 actos.
• Se mezcla la poesía y la prosa en la misma obra.
• En las obras predomina la tragedia, pero aparecen elementos cómicos.
• Los protagonistas son héroes trágicos que luchan contra un tirano para recuperar la libertad (personal o colectiva) o para conseguir a la mujer que ama.
• Las obras suelen situarse en la Edad Media o el Siglo de Oro.

Poesía

La libertad en la expresión se traduce en el uso de nuevos metros y estrofas...
Pero también se recuperan algunas estrofas tradicionales, principalmente el romance.

• Es el género más idóneo para expresar los sentimientos.
• Existe una poesía narrativa que cuenta extensas historias, y
• Una poesía lírica, de tono más intimista y sentimental.



TENDENCIAS

El Romanticismo es un movimiento tan amplio que debemos hablar de dos tendencias:

• ROMANTICISMO CONSERVADOR: Defiende los valores tradicionales de la religión, la patria y la monarquía. Lo representan los hermanos SCHLEGEL, SCOTT, CHATEAUBRIAND, ZORRILLA y el DUQUE DE RIVAS.

• ROMANTICISMO LIBERAL: Reflejan las ideas liberales y revolucionarias más exaltadas. LORD BYRON, VICTOR HUGO, LARRA y ESPRONCEDA son las figuras más representativas de esta tendencia.


EL MOVIMIENTO ROMÁNTICO EN ESPAÑA

Factores del Romanticismo en España

• El reinado absolutista de Fernando VII tienen un papel fundamental en el desarrollo del Romanticismo en España por dos razones:
• Se desarrolla más tarde que en otros países de Europa a pesar de que había un ambiente propicio después de la guerra de Independencia y la Constitución de Cádiz.
• Muchos liberales tienen que exiliarse a otros países de Europa, donde se empapan de la literatura que allí se hacía.

• Tras la muerte del rey en 1833 vuelven los liberales exiliados y el Romanticismo se desarrolla plenamente en nuestro país.

• En España el movimiento romántico sirve para reivindicar y rescatar a los clásicos que, como Lope de Vega o Calderón de la Barca, habían sido atacados y denostados durante el siglo XVIII en nombre del “buen gusto.”

• Pero también se produce la misma revolución técnica que en el resto de Europa, tanto en la forma como en los temas.

• Se dice que aunque en España no hubo obras maestras como en otros países de Europa, en su conjunto sí tuvo mucha calidad y sirvió para dar un impulso a la literatura después del siglo XVIII, siglo este más dado a la revisión que a la creación.

jueves, 8 de abril de 2010

Y en España ¿qué?


CONTEXTO HISTÓRICO DEL ROMANTICISMO ESPAÑOL

            También en España el surgimiento del movimiento del romanticismo literario estuvo fuertemente vinculado a la evolución de los sucesos históricos, y especialmente al surgimiento del nacionalismo como un fenómeno político occidental preponderante en el Siglo XIX.
            Como en muchos otros componentes de la historia de la España moderna, el surgimiento del romanticismo español, se vincula fuertemente con la caída de Napoléon luego de su derrota en Waterloo; y la evolución de la sociedad española luego de la desaparición del gobierno impuesto en la península ibérica por las invasiones napoleónicas.
            Las Revoluciones Francesa y Norteamericana de fines del Siglo XVIII, impulsaron el surgimiento de corrientes de pensamiento liberal, republicano y antimonárquico en casi toda Europa. Por otra parte, la oposición al bonapartismo y a las ideas republicanas, estuvo dirigida por la Santa Alianza, que apoyó a los monarcas absolutistas en los principales Estados europeos.
            Cuando en 1833 muere el Rey Fernando VII, que a pesar de haberse aprobado una Constitución de Cádiz en 1812 había restablecido la monarquía absolutista, estalló en España la primera de las Guerras Carlistas, en que luego de 7 años los partidarios de que ascendiera al trono español el hermano de Felipe, Carlos V, fueron derrotados por los partidarios de Isabel, hija de Felipe.
            A la derrota de los Carlistas siguió una etapa de gran inestabilidad política, pautada por una fuerte corriente antimonárquica que desembocó en la revolución de 1868 que dejó al Gral. Prim como hombre fuerte. Luego de 2 años de una inestable monarquía bajo el reinado de Amadeo I de Saboya, sobrevino la Primera República, que no alcanzó a durar un año; y que fue seguida por otro gobierno revolucionario encabezado por el Gral. Serrano.
            Asesinado el Gral. Prim en 1871, el gobierno pro-monárquico de Cánovas del Castillo restableció la monarquía proclamándose rey en 1874 a Alfonso XII, hijo de Isabel y nieto de Fernando VII. La situación militar internacional de España fue altamente negativa, debiendo enfrentar la Guerra de Cuba con EE.UU. y la de las Filipinas, ambas perdidas en 1898.
            


Cabe considerar que los comienzos del romanticismo español lo constituyen los poemas escritos hacia 1823 por José Joaquín de Mora, por entonces desterrado en Londres; a quien se señala como uno de los tres impulsores iniciales del romanticismo, conjuntamente con Alcalá Galiano y Blanco White.
            A la muerte de Fernando VII retornaron a España un grupo de políticos e intelectuales liberales, y comenzó a publicarse en Madrid una revista literaria de orientación romántica, llamada “El Europeo” en que aparecen, entre otras, las obras de Mariano José de Larra. En los años de 1830 y 1840 aparecen las principales obras clásicas del período inicial del romanticismo español, especialmente las de Zorrilla, Espronceda, Bretón de los Herreros, Mesonero Romanos. Poco después aparecen las obras de Bécquer, la gallega Rosalía de Castro, de Miguel de Campoamor y de Núñez de Arce.
            El período de oro del romanticismo español se prolonga hasta la época de publicación del célebre “Don Juan Tenorio”, de José Zorrilla, aparecido en 1844; pero indudablemente, los factores esenciales del movimiento romántico permanecen firmemente arraigados, y en alguna medida, se manifiestan en buena parte de la literatura posterior.

miércoles, 7 de abril de 2010

Concretemos un poco más...

1. España en la primera mitad del siglo XIX

España vivió intensas turbulencias desde los primeros años del siglo XIX. En 1808 las tropas francesas de Napoleón invadieron la Península. Comenzó entonces la Guerra de la Independencia. Los franceses pusieron en el trono al rey José I. Mientras que algunos ilustrados apoyaron el nuevo régimen, otros españoles, ayudados por Inglaterra, se opusieron a los franceses y acabaron por derrotarlos.
Tras su llegada en 1814, el nuevo rey Fernando VII inició un periodo de gobierno absolutista. A su muerte, en 1833, el enfrentamiento entre los absolutistas (partidarios de que el sucesor del rey fuera su hermano Carlos) y los liberales (que apoyaban a la hija de Fernando, la futura Isabel II) condujo a la guerra entre carlistas e isabelinos, que concluyó con la victoria de los liberales. Se abrió entonces un periodo en que las actuaciones más importantes estuvieron encaminadas a reducir el poder de la Iglesia (expropiación de los bienes eclesiásticos, supresión de las órdenes religiosas...). Pero en 1843 comenzó una etapa de retroceso de las libertades que se prolongó hasta más allá de la mitad del siglo.
La situación económica española sufrió las consecuencias de la inestabilidad política: así, a mediados del siglo XIX España seguía siendo un país agrario y atrasado.


2. El Romanticismo: definición, cronología y características generales

El Romanticismo es un movimiento cultural característico de la primera mitad del siglo XIX . Se opone a los principios básicos de la Ilustración y resulta de la profunda crisis social e ideológica de un mundo en acelerado cambio. El derrumbamiento de los valores tradicionales, la despersonalización del individuo dentro de la nueva sociedad industrial y el auge del materialismo y la tecnificación conducen a dos actitudes opuestas:
• el rechazo de la nueva sociedad, sea añorando un pasado perdido, sea inventando mundos ideales;
• la reivindicación de un progreso más acentuado que permita llegar a una sociedad auténticamente humana en la que tengan cabida la fantasía, la espiritualidad, la libertad o la justicia.
Los rasgos generales del Romanticismo nos permiten entender que, en su rechazo del mundo, los artistas románticos tomen dos direcciones opuestas: la nostalgia de los valores tradicionales (monarquía, religión...) o la rebelión frente a su mundo y frente al antiguo (republicanismo, anticlericalismo, ideales democráticos...). Por ello se distingue entre un Romanticismo tradicional o conservador y un Romanticismo liberal o progresista.

3. El Romanticismo español

El Romanticismo se desarrolla tardíamente en España debido a las circunstancias históricas y políticas del país en el primer tercio del siglo XIX. La censura y la falta de libertad de expresión en el reinado absolutista de Fernando VII hacen que la cultura española sea raquítica en ese periodo. Muchos intelectuales marchan al extranjero y entran allí en contacto con el Romanticismo. Es a su vuelta, con el fin del reinado fernandino, cuando brota en la literatura española el Romanticismo, que vive su apogeo en los años 30 y 40.
Por otra parte, la tardía aparición del movimiento y las características de la sociedad española hacen que el Romanticismo español no tenga la importancia del europeo. Si en los países más avanzados de Europa la nueva sociedad industrial genera unas contradicciones que el artista romántico expresa angustiosamente en sus obras, la vida española, atrasada y rural, no propicia el desarrollo de un vigoroso Romanticismo español, que adopta las formas del europeo, pero que carece de su hondura.


4. La poesía romántica

Se cultivan dos géneros: la poesía narrativa (relato en verso de sucesos históricos, legendarios o inventados) y la poesía lírica. Los poemas narrativos combinan la descripción, el diálogo y, también, momentos líricos con la narración propiamente dicha. La poesía lírica romántica expresa temas como la melancolía, el cansancio de la vida, el amor, la mujer ideal, etc.
No obstante, uno de los rasgos de la poesía romántica es la mezcla de géneros, de modo que no siempre resulta clara la distinción entre lírica y épica o narrativa.
Otra característica de la poesía romántica es la polimetría, es decir, el empleo de diferentes versos y estrofas en un mismo poema.
Los poetas románticos más importantes son José Zorrilla (1817-1893), Espronceda (1808-1842), Bécquer (1836-1870) y Rosalía de Castro (1837-1885). En realidad, sería más adecuado llamar a los dos últimos poetas posrománticos, puesto que componen su obra en la segunda mitad del siglo XIX; además, estos dos autores buscan alejarse de la retórica vacía que caracterizaba a muchas de las obras románticas cercanas a la mitad de siglo; recurren para ello a la condensación y la simplificación formales, al arte de sugerir con la palabra.

4.1. José de Espronceda
Aunque escribió también teatro y novela, destaca sobre todo por su poesía, tanto lírica como narrativa.
Entre sus poemas líricos figuran Canción del pirata, El verdugo, A Jarifa en una orgía... En ellos encontramos ya el Espronceda típico: defensa de los marginados, identificación con los proscritos, desprecio de las leyes y las riquezas materiales, anhelo de libertad, sentimentalismo, etc.
Sus dos grandes poemas, El estudiante de Salamanca y El diablo mundo, si bien son básicamente narrativos, ejemplifican la mezcla de géneros propia del Romanticismo, puesto que los fragmentos propiamente narrativos alternan con pasajes líricos y escenas dramáticas.
El estilo de Espronceda es típicamente romántico. Le gustan las sensaciones extremas; eso explica su afición a las sonoridades retumbantes, los efectos rítmicos sorprendentes, las rimas agudas, los cambios métricos repentinos, los contrastes violentos, las exclamaciones, las interrogaciones retóricas, etc. Le interesa siempre la reacción sentimental de los lectores, por lo que abusa de las situaciones emotivas y de la tendencia a lo misterioso.

4.2. Gustavo Adolfo Bécquer

Destaca tanto por su poesía como por su prosa.
La primera edición de sus textos poéticos apareció póstumamente con el título de Rimas. Los temas de las Rimas son básicamente dos: el amor y la poesía. El amor se identifica con la mujer, expresión máxima de la belleza, pero poco más que un ideal porque resulta inaccesible, es un misterio o se desvanece como un sueño. El resultado final es la desilusión, la angustia y la soledad. La poesía se concibe como expresión de emociones íntimas que están más allá del poeta mismo y que sólo esperan al escritor que sepa formularlas.
En cuanto al estilo, la poesía de Bécquer es sintética, normalmente breve y nada grandilocuente. Ahora bien, bajo la aparente sencillez de sus versos, se advierte una consciente elaboración de los textos. Además, muestra un esfuerzo por armonizar la poesía culta y la tradicional; así, por ejemplo, usa frecuentemente combinaciones de endecasílabos y heptasílabos, al modo de la silva culta, pero en estrofas normalmente breves, como en la lírica tradicional; o si en ocasiones emplea estrofas clásicas (octava real, serventesio, quintilla), muy a menudo utiliza formas populares (copla asonantada, seguidilla). En general, prefiere la rima en asonante, con lo que evita la sonoridad estridente del Romanticismo. Por último, Bécquer se acerca al Simbolismo al aludir a ideas o sentimientos que se resisten a ser formulados con palabras (la belleza, el amor, la poesía) mediante vocablos que designan elementos de la realidad cotidiana.
Como prosista, destaca por sus Leyendas, relatos fantásticos muy románticos tanto por sus temas (la mujer ideal, el ansia de amor absoluto, el desengaño) como por sus personajes (caballeros, artistas, bellas mujeres) y sus ambientes (la Edad Media, el mundo oriental o morisco, la noche). Algunas son muy conocidas: El rayo de luna, El Monte de las Ánimas, El caudillo de las manos rojas, Los ojos verdes... La prosa de las Leyendas se caracteriza por su ritmo musical y su calidad pictórica.

4.3. Rosalía de Castro

Aunque escribió también en prosa, destaca sobre todo como poetisa. Compuso versos en gallego (Cantares gallegos, Follas novas) y en castellano (En las orillas del Sar).
Con esta autora nos encontramos ya muy cerca de la poesía contemporánea: manifiesta su mundo interior abiertamente y sin el tono declamatorio y muchas veces superficial del Romanticismo más externo. Por otra parte, su maestría en el uso de los recursos poéticos y sus innovaciones métricas anuncian la poesía modernista. Finalmente, desde el punto de vista temático, la expresión de la intimidad permite que sus versos transmitan sensación de autenticidad y que confiese en ellos sus inquietudes sociales y su conciencia de mujer oprimida.

5. La prosa romántica 

El género en prosa más propiamente romántico es la novela histórica, relato que ambienta en el pasado los sucesos narrados, sobre todo en la Edad Media, y de gran éxito en Europa gracias a las narraciones del escocés Walter Scott. Las más conocidas novelas históricas españolas son El doncel de don Enrique el Doliente, de Larra, y Sancho Saldaña, de Espronceda.
En esta época se desarrolla, además, el costumbrismo, cuyas más genuinas manifestaciones son el cuadro o escena de costumbres y el artículo de costumbres, vinculado este a la prensa periódica. Tienen como características ser breves, carecer prácticamente de acción, usar poco el diálogo, describir tipos, ambientes y hábitos contemporáneos del autor, y obedecer a un propósito didáctico-moralizador o humorístico o satírico. Los más importantes costumbristas son Estébanez Calderón (Escenas andaluzas), Mesonero Romanos (Escenas matritenses) y, fundamentalmente, Larra.

5.1. Mariano José de Larra 

Aunque escribió una obra teatral (Macías) y una novela histórica (El doncel de don Enrique el Doliente), es en el periodismo donde sobresale especialmente. Entre sus muchos textos periodísticos destacan sus artículos de costumbres (El casarse pronto y mal, El castellano viejo, Vuelva usted mañana, El día de difuntos de 1836, La Nochebuena de 1836, etc.). Son fundamentalmente satíricos: censuran comportamientos y usos sociales diversos como la holgazanería, la brutalidad, la hipocresía, el mal gusto, etc. Pero la sátira no busca el humor fácil o el mero entretenimiento, sino que se hace con voluntad reformadora y modernizadora.
Por lo que respecta al estilo, Larra busca convencer y gustar al lector de la prensa. Para ello usa los más variados recursos, pero siempre con un lenguaje claro y directo en el que son constantes la ironía y el sarcasmo. La ironía es para Larra el mecanismo fundamental para desvelar las apariencias y dejar al desnudo las situaciones que satiriza.

6. El teatro romántico

Con el triunfo del Romanticismo en la década de los treinta, los dramas románticos conocen un éxito rapidísimo. Sus principales características son las siguientes:
El tema fundamental es el amor, un amor que está por encima de las convenciones sociales. La imposibilidad de alcanzar un amor puro en un mundo hostil hace que frecuentemente los finales sean trágicos.
Suelen desarrollar las acciones amorosas en un marco histórico, normalmente de la historia nacional.
Generalmente, los personajes carecen de evolución psicológica.
Contienen numerosos elementos melodramáticos (origen desconocido de los personajes, anagnórisis o reconocimientos finales, escenas sepulcrales, desafíos...) cuyo fin es conmover y emocionar al público, al que ahora, a diferencia del teatro neoclásico, no se pretende aleccionar.
Frente al teatro neoclásico y como el teatro barroco, mezclan tragedia y comedia y no respetan la regla de las tres unidades.
Introducen la innovación de mezclar el verso y la prosa, aunque a la larga se impone el verso y con polimetría, como en las comedias barrocas.

Los dramas románticos más notables son La conjuración de Venecia (Martínez de la Rosa), Macías (Larra), Don Álvaro o la fuerza del sino (duque de Rivas), El trovador (García Gutiérrez), Los amantes de Teruel (Hartzenbusch) y, por último, tres obras de Zorrilla: El zapatero y el rey, Don Juan Tenorio y Traidor, inconfeso y mártir.